La ansiedad es una reacción natural del cuerpo diferente a la del miedo, es una respuesta a situaciones simbólicas, psicológicas o sociales, en lugar de a la presencia física inmediata de un peligro. Es una respuesta ante la incertidumbre que surge cuando se ve amenazada la propia sensación de integridad, de coherencia o de control.
Una forma sencilla de entender la utilidad que tiene para la supervivencia la ansiedad como reacción es imaginarnos que estamos disfrutando de un paseo por un tranquilo y frondoso bosque. A partir de cierto punto del camino vemos que hay señales cada pocos metros alertando del peligro por la presencia de osos en la zona. Con seguridad, empezaremos a estar alerta a cada crujido que escuchemos entre los árboles, sentiremos sudor frío y palpitaciones cada vez que tengamos que girar una curva del camino y planearemos nuestra huida sin que realmente tengamos el peligro delante.
Esta reacción es ansiedad y, en el momento, ninguna persona nos plantearíamos si es una sensación molesta o desagradable ya que mantener el cuerpo en ese estado nos ayudaría a huir lo más deprisa que pudiéramos de ese oso acechante si llegara a aparecer.
En la actualidad, debido a las sociedades modernas, el ser humano ha desarrollado miedos muy diferentes que ya no tienen que ver con evitar un animal salvaje. Hoy en día, los temidos“osos” son relaciones inestables, alquileres difíciles de pagar o trabajos precarios que amenazan con desaparecer. Incluso, en muchas ocasiones, son miedos que no son fáciles de ver, no son “osos” externos que se detectan a primera vista sino miedos internos menos conscientes que nos producen la misma amenaza y que llevan mucho tiempo arraigados en nuestro imaginario. Algunas experiencias vitales caracterizadas por la imprevisibilidad y la falta de control pueden producir diferentes ansiedades. Miedo al rechazo, a la intimidad, temor al daño físico o incluso miedo a volvernos locos son algunas de las interpretaciones de la realidad que hacemos que nos provocan ansiedad.
Hoy en día, los temidos“osos” son relaciones inestables, alquileres difíciles de pagar o trabajos precarios que amenazan con desaparecer.
Encontrar la respuesta a la pregunta ¿Qué es lo que realmente temo que pueda ocurrir? y buscar las raíces de ese temor para cuestionarlo es el verdadero trabajo personal necesario para librarse de los síntomas de la ansiedad. A veces, es la propia vida la que hace que desafiemos esos temores y perdamos el miedo a afrontarlos, otras, necesitamos la ayuda de un profesional que nos acompañe en el camino de descubrir y reescribir esos temores.